
La tragedia de Antuco es el nombre que
recibe la serie de hechos que llevaron a la muerte de 45 miembros de un
batallón del Ejército de Chile, producto de decisiones del mayor Patricio
Cereceda y del comandante Luis Pineda para llevar a cabo una marcha durante una
ventisca en mayo de 2005 en la altitud de aproximadamente 1500 m sobre el nivel
del mar entre el volcán Antuco y la Laguna de la Laja, en la VIII Región del
Biobío.
La tragedia de Antuco, es la segunda
mayor catástrofe del Ejército chileno en tiempos de paz, considerando el número
de fallecidos, luego del naufragio en 1856 del vapor Cazador en Punta Carranza,
donde murieron 458 personas entre civiles y militares
El 4 de abril de 2005, cerca de 400
jóvenes conscriptos ingresaron al Regimiento Reforzado n.º 17 "Los
Ángeles" del Ejército de Chile, ubicado en la ciudad de Los Ángeles, con
el fin de cumplir el servicio militar obligatorio para todos los hombres
mayores de 18 años de edad. La mayoría de los conscriptos, sin embargo, eran
jóvenes de escasos recursos que se presentaron voluntariamente con el fin de
desarrollar una carrera como soldado del Ejército.
Tradicionalmente, el regimiento
realizaba expediciones a la zona cordillerana de Antuco, al interior de Los
Ángeles. Tres compañías del regimiento partieron como de costumbre el día 17 de
mayo de 2005 a realizar ejercicios de preparación en dicha zona. Sin embargo,
un frente de mal tiempo arribó a la zona, provocando nevazón y un importante
descenso en las temperaturas.
Los soldados lograron llegar al refugio
Los Barros, localizado en los faldeos al nororiente del macizo volcánico.
Aunque la mayoría de ellos no contaban con la vestimenta necesaria para
enfrentar temperaturas bajo los -10°C, el comandante del batallón habría
insistido en desarrollar la marcha con otras dos compañías el 18 de mayo. 112
soldados se quedaron en el recinto, ya que les correspondería marchar al día
siguiente (lo que finalmente nunca ocurrió), mientras los que marchaban iban
paulatinamente cayendo en medio del "viento blanco" o tormenta de
nieve, ante la incapacidad de sus mandos directos y camaradas de salvarles la
vida. Muchos cadáveres fueron encontrados tratando de refugiarse y otros
tendidos de espaldas, falleciendo congelados durante la marcha. Las autopsias
revelaron que no habrían tardado más de dos o tres horas en morir por
congelamiento. Algunos soldados lograron llegar hasta el refugio La Cortina,
perteneciente antiguamente a la compañía eléctrica ENDESA y en desuso.
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