
El Terremoto de Chile de 2010 fue un
sismo ocurrido a las 03:34:08 hora local (UTC-3), del sábado 27 de febrero de
2010, que alcanzó una magnitud de 8,8 MW. El epicentro se ubicó en el Mar
chileno, frente a las localidades de Curanipe y Cobquecura,[nota 1] cerca de
150 kilómetros al noroeste de Concepción y a 63 kilómetros al suroeste de
Cauquenes, y a 30,1 kilómetros de profundidad bajo la corteza terrestre. El
sismo, tuvo una duración de 3 minutos 25 segundos, al menos en Santiago y en
algunas zonas llegando a los 6 minutos. Fue percibido en gran parte del Cono
Sur con diversas intensidades, en lugares como Buenos Aires y São Paulo por el
oriente.
Las zonas más afectadas por el
terremoto fueron las regiones chilenas de Valparaíso, Metropolitana de
Santiago, O'Higgins, Maule, Biobío y La Araucanía, que acumulan más de 13
millones de habitantes, cerca del 80% de la población del país. En las regiones
del Maule y del Biobío, el terremoto alcanzó una intensidad de IX en la escala
de Mercalli, arrasando con gran parte de las ciudades como Constitución,
Concepción, Cobquecura y el puerto de Talcahuano. Además, gran parte del centro
de las ciudades de Talca y Curicó, colapsó y su casco histórico quedó destruido
en su totalidad. En las regiones de La Araucanía, O’Higgins y Metropolitana, el
sismo alcanzó una intensidad de VIII provocando importante destrucción en la
capital, Santiago, en Rancagua y en las localidades rurales. Las víctimas
fatales llegaron a un total de 525 fallecidos. Cerca de 500 mil viviendas están
con daño severo y se estiman un total de 2 millones de damnificados, en la peor
tragedia natural vivida en Chile desde 1960. La presidenta Michelle Bachelet
declaró el “estado de excepción constitucional de catástrofe” en las regiones
del Maule y del Biobío.
Un fuerte tsunami impactó las costas
chilenas como producto del terremoto, destruyendo varias localidades ya
devastadas por el impacto telúrico. Debido a errores e indecisiones por parte
de los organismos encargados de enviar la alarma de tsunami, no se alertó a la
población acerca del evento que ocurriría 35 minutos después del terremoto. El
archipiélago de Juan Fernández, pese a no sentir el sismo, fue impactado por el
violento tsunami que arrasó con el único poblado, San Juan Bautista. El Centro
de Alerta de Tsunamis del Pacífico generó pocos minutos después del terremoto
una alerta de tsunami para el océano Pacífico, que se extendió posteriormente a
53 países ubicados a lo largo de gran parte de su cuenca, llegando a Perú,
Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, la Antártida, Nueva Zelanda,
la Polinesia Francesa y las costas de Hawái.
El sismo es considerado como el segundo
más fuerte en la historia del país y el sexto más fuerte registrado por la
humanidad. Sólo es superado a nivel nacional por el cataclismo del terremoto de
Valdivia de 1960, el de mayor intensidad registrado por el ser humano mediante
sismómetros. El sismo chileno fue 31 veces más fuerte y liberó cerca de 178
veces más energía que el devastador terremoto de Haití ocurrido el mes
anterior, y la energía liberada es cercana a 100.000 bombas atómicas como la
liberada en Hiroshima en 1945.
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